El Obispo San Nicolás de Mira y de Bari
Su nombre significa “Protector y defensor de pueblos”
Nicolás fue hijo de un matrimonio cristiano de posición desahogada, y nació alrededor del año 270 en Patara, puerto en que había hecho escala San Pablo durante su tercer viaje misionero. Su inclinación religiosa lo llevó a ser sacerdote en la ciudad de Mira, (la moderna ciudad Demre en la Turquía), a un corto día de viaje de su ciudad natal. Luego fue consagrado obispo de aquella ciudad, puerto hacia el Mar Mediterráneo.
Estos son los casi únicos hechos ciertos que conocemos. Algunos creen que Nicolás fue perseguido y encarcelado en tiempos del emperador romano Diocleciano, y que durante el reinado de Constantino asistió al primer concilio ecuménico de la Iglesia en Nicea; pero no hay prueba de ello. Lo que sabemos es que era de corazón notablemente bondadoso.
Una de las más famosas historias que de él se cuentan, se refiera a un vecino que, no pudiendo mantener a sus tres lindas hijas ni darles dote para que encontrasen marido, temía que se vieran obligadas a dedicarse a la prostitución. Nicolás llegó de noche sigilosamente a la casa y arrojó un puñado de monedas de oro por la ventana. Como constituían una apetitosa dote, el feliz padre pudo casar a su hija mayor. Nicolás hizo lo mismo poco después y la segunda hija encontró marido. La tercera vez, el vecino estaba al acecho para descubrir a su bienhechor y, al reconocer a Nicolás, cayó de rodillas expresándole su gratitud. Sin embargo, el Santo se llevó el índice a los labios y le hizo prometer que guardaría silencio.
Su fallecimiento no privó al mundo de sus milagros. Entre otros, son muy conocidos dos, de la Edad Media. San Nicolás salvó al Rey Luis de Francia y a su familia en una tormenta terrible que les estaba hundiendo al regreso de la séptima cruzada. El caballero de la Lorena Conon de Réchicourt, prisionero de los sarracenos, le invocó en la víspera de su suplicio, y fue prodigiosamente transportado a la iglesia de San Nicolás en su región, en cuyo atrio cayeron de su cuerpo todas las cadenas.
Otro relato que circuló después de su muerte, cuenta que tres oficiales de la Armada Imperial fueron falsamente acusados de traición y condenados a muerte por el emperador Constantino, la noche anterior a su ejecución invocaron a en sus oraciones a Nicolás.
Aunque Nicolás se encontraba a centenares de kilómetros de allí, el obispo se presentó a Constantino en su sueño y, amenazándolo con un castigo terrible si desobedecía, le ordenó que absolviera a los oficiales, cosa que el aterrorizado emperador se apresuro a hacer
Nicolás murió alrededor del año 340, con toda probabilidad un 6 de Diciembre, fue sepultado en su ciudad Mira y fue sepultado en la catedral. En el año 1087 sus restos fueron trasladados a Bari, en Italia.
San Nicolás sigue vivo en los recuerdos del mundo, porque su imagen universal bienhechor está imborrablemente grabada en los corazones del pueblo cristiano.